La apicultura es la actividad de crianza de las abejas para la posterior extracción de la miel de sus colmenas. Una buena miel no se consigue sin una apicultura impecable, y esta requiere que se cumplan ciertos procesos que te explicamos a continuación.
Mediante la apicultura se extraen todo tipo de productos aprovechables del trabajo de las abejas, además de la miel. La producción y el cuidado en la apicultura deben ir acompañados de mucha precisión y delicadeza en cada una de las tareas.
Origen de la apicultura
Históricamente, se utilizaban muchos materiales de origen natural para llevar a cabo todo tipo de tareas. No había otros métodos que la extracción de elementos a partir de plantas o animales.
Hay constancia del uso de cera en la edad de piedra, así como de prácticas apícolas en el antiguo Egipto. En Grecia y Roma también se practicaba la apicultura e incluso se consideraba motivo de culto y veneración.
Las técnicas sofisticadas de apicultura moderna no llegaron hasta finales del siglo XIX. Se comienzan a crear los paneles y los cuadros. Posteriormente, ya en el siglo XX comienzan a evolucionar las prácticas apícolas hasta las que conocemos actualmente.
Proceso de la apicultura
Principalmente, se considera apicultura a la extracción de la miel de las colmenas una vez las abejas la han fabricado. Pero las prácticas de la apicultura siguen un orden concreto al año y son todas necesarias para el éxito en el resultado final.
Las abejas obreras producen la miel, la jalea real o la cera siempre que cuenten con el material necesario (néctar y polen). Hay un periodo de recolección y durante el resto del tiempo se encargan de trabajar la elaboración de los materiales, principalmente como alimento para la colmena.